Los quesos artesanos......

  • Son los ideales para realizar una cata

  • Con amigos o familia y en cualquier momento

  • Disfrutar de la variedad y los sabores es el objetivo

  • Piensa en las leches de vaca, cabra, oveja y búfala

  • Y buenos acompañantes y acompañamientos

Cataluña es tierra con una tradicional y creciente cultura quesera, más de 100 productores artesanos, 250 variedades de quesos y variedad de elaboraciones con leche de vaca, cabra, oveja y búfala hacen disfrutar a todos los paladares.

Una Cata de Quesos

La manera más clásica de seleccionar los quesos de una cata es construirlo a partir de la variedad de texturas, sabores, formas y de leches: un queso joven, una pasta blanda y florida, un queso de piel lavada, una pasta dura madurada, un queso azul y un poco de tupí para acabar, podrían ser un buen ejemplo.

Pero puede haber otras maneras de configurar una cata y seleccionar los quesos: los quesos de un territorio que hayáis visitado recientemente o una cata de una variedad de leche/animal, pueden ser buenos ejemplos.

Terra de Cultura formatgera 

Preparemos esta cata

1. Una hora antes de degustarlo, liberaremos el queso de envoltorios y lo dejaremos a temperatura ambiente.

2. Cortaremos el queso en el momento de su consumo, si lo hacemos con mucha antelación, las pastas blandas perderán su consistencia natural y las prensadas se resecarán

3. Cada tipología de queso necesita su corte con el cuchillo más adecuado con el objetivo de respetar su forma natural. Siempre que sea posible, haremos un corte que permita degustar el queso desde el centro hasta la corteza, dado que el punto de maduración no será el mismo en el interior del queso que a la superficie.

4. Para establecer la orden de cata, hará falta que analizamos cada queso para mesurar su punto en aromas y sabor. Independientemente del tipo de leche, empezaremos por los quesos más suaves y acabaremos con los más fuertes.

Podemos acompañar la cata de quesos con muchos productos, escogéis siempre productos artesanos y de calidad, que estén a la altura de los quesos y que se complementen de manera natural.

Fruta fresca: Escogeréis fruta de temporada y del territorio. Peras, cerezas, fresas, ciruelas o manzanas de montaña por ejemplo, son frutas excelentes para acompañar la cata de quesos.

Frutos secos y en conserva: Confituras artesanas y con poco azúcar, membrillos, jaleas, avellanas y almendras tostadas y crudas…, las posibilidades son muchas, adaptadlas a vuestro gusto.

Panes: Panes de cereales, panes de campesino con mucho miga y costra gruesa, panes de autor, panes con harinas antiguas… resumiendo, panes elaborados por panaderos artesanos y de proximidad. Ciertamente, las baguettes que vienen en las gasolineras no son una buena opción.

Vegetales: Tomates en verano, espárragos blancos en la primavera, berenjenas escalivadas, remolacha hervida…, son buenas opciones para complementar la cata y enriquecer la experiencia entre invitados y amigos.

Bebidas: Os animamos a escoger cervezas artesanas, un producto con un gran potencial gastronómico e infinidad de matices en la cata. En el caso de los vinos y cavas, os invitamos a descubrir y probar todo aquello que se elabora en Cataluña, donde podréis encontrar excelentes vinos y cavas que mariden perfectamente con los quesos..

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Catando los Quesos

En primer lugar, observaremos el queso, observando la tipología de costra y la textura y color de la pasta.
En segundo lugar, oleremos el queso, primero la costra y después la pasta.
En tercer lugar, tomaremos el corte y nos lo pondremos en la boca. No lo masticaremos, y esperaremos a que la temperatura de nuestro cuerpo y la saliva lo templen y lo fundan. En pastas blandas este proceso será más rápido que en pastas prensadas, donde probablemente necesitaremos la ayuda de las mandíbulas.

Fundiendo el queso en la boca, este irá desprendiendo sus sabores y texturas, que junto con los aromas retronasales, nos ayudarán a descubrir el conjunto de características del queso y sus efectos en boca.

Una vez nos hayamos tragado el queso, nos restará en la boca el que es llamado “postgusto”, un gran momento para hacer una radiografía de las sensaciones (aromas, sabores y texturas) que nos ha dejado el queso.

Entre queso y queso os sugerimos poder comer un miga de pan, manzanas ácidas o alguna bebida que nos refresque, limpie y neutralice las sensaciones del anterior queso.

Imagen-portada: Andra-C-Taylor-jr-t89wenHfzNA-unsplash
Imágenes-interior: Chelsea-Pridham-MMOXoxE_Gj0 / Tobias-QZsNoluSh6U-unsplash
Fuente: Acrefa-formatgers-artesans