Recomendaciones

La llegada del invierno, el frío o las épocas del año con variaciones del clima son las más propicias para que nos ataquen los resfriados o la gripe.

  • El virus que los provocan se desarrolla mejor con las bajas temperaturas.
  • Por tanto, si vamos a estar sobreexpuestos a ellos, lo mejor es que sepamos cómo prevenirlo.
  • Y si ya lo tenemos, aprendamos qué remedios naturales nos ayudarán a combatirlo.

Seguro que has escuchado hablar que tomar leche caliente, infusión de limón con miel, beber líquidos e inhalar eucalipto son buenos cuando nos sentimos mal. Pues bien, hoy te contamos que hay otros remedios naturales que también te ayudarán durante el proceso gripal e incluso prevenirlo. ¡Toma nota!

Pero en el momento que la fiebre avanza, el médico es la mejor solución.

Infusión de jengibre para el malestar general

Si por algo se caracteriza el resfriado es por el malestar general, además de la congestión nasal. Para sentir cierto alivio, prueba con una infusión de jengibre, el antigripal de la naturaleza. Si quieres, puedes añadirle miel y un poco de limón. El jengibre te ayudará a sentirte mejor por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antibacterianas.

Inhalación de eucalipto y adiós a la mucosidad

El vapor de agua con eucalipto es uno de los mejores remedios para deshacerte de la incómoda congestión. Ablandan, humedecen y elimina la mucosidad de nariz, garganta, bronquios y oído interno.

Hay que hidratarse

Las abuelas no se equivocan cuando expresan “no hay nada mejor para el resfriado que tomar algo bien calentito”. Pero, además de caldos e infusiones, te sugerimos complementar la hidratación con otras bebidas como agua, jugos de frutas o verduras, batidos de frutas o ponches.

El ajo es un excelente antiséptico

Es un bulbo muy efectivo para combatir enfermedades. La alicina es una sustancia con propiedades antisépticas que ayuda al cuerpo a combatir tanto el resfriado común como otras infecciones. Goza de sus beneficios tomando una infusión de ajo picado con miel y limón. Y ciertas prevenciones puedes obtenerlas comiendo de vez en cuando un diente crudo, con un poco de sal obtienes un mejor sabor.

Irrigación nasal

Si no te son agradables las inhalaciones, también puedes reducir la mucosidad con un irrigador nasal que puedes comprar en la farmacia o bien hacerlo tú mismo. Para ello, mezcla un cuarto de cucharadita de sal marina -sin yodo- y un cuarto de cucharadita de bicarbonato en una taza de agua tibia. Vierte un par de gotas en cada fosa nasal. Luego inclínate hacia adelante para que escurra un poco y suena tu nariz suavemente.

Los asiáticos hacen gárgaras con té verde

Un estudio realizado en Japón encontró que el té verde contiene catequinas, sustancias con propiedades antivirales que ayudan a combatir e incluso a prevenir la gripe. La mejor manera de aprovechar sus beneficios es hacer gárgaras. Los expertos aseguran que así las áreas afectadas quedan más protegidas.

Otros consejos ...
  • Mucha vitamina C: Los cítricos son ricos en este tipo de vitamina, que fortalece el sistema inmunológico. Por tanto, no te olvides de incluir un zumo de naranja, limón o pomelo en tu desayuno cada mañana.
  • Es recomendable consumir alimentos fermentados como yogures, kéfir, chucrut o miso. Refuerzan la flora bacteriana y protegen de muchos virus.
  • Consume vegetales frescos y sobre todo orgánicos.
  • Es fundamental que cubras diariamente tus niveles de ácidos grasos omega 3.
  • Adereza tus comidas con cúrcuma y orégano porque elevan las defensas.
  • Consume 2 litros de agua al día.
  • Evita los espacios cerrados donde haya mucha gente.
  • No te abrigues hasta el punto de pasar calor.
Y para los Niños, niñas y Colegios

Vacuna - Foto: ccdc - unsplashMención aparte merece el resfriado en los pequeños, pues en estos meses colegios y guarderías se convierten en grandes focos de infección y transferencia de unos a otros.

Los niños son más propensos a sufrir estos resfriados de temporada, porque pasan el día corriendo por el patio de colegio y en aulas rodeados de otros niños. Sabemos que protegerles del frío es difícil cuando están en el colegio y no los vemos. Por eso, es importante protegerles y reforzar sus defensas para que no caigan ante los virus.

Abrigarles bien es imprescindible

  • Ponerles una camiseta de manga larga.
  • No olvidar nunca una chaqueta abrigada.
  • Disponer de una bufanda ligera

Aunque, más tarde en el colegio, terminen despreocupándose de si se ponen o no la chaqueta, sí podemos asegurarnos de que vayan bien abrigados de camino a clase, cuando el frío se nota más. Así, cuando tengan calor, podrán quitarse la chaqueta pero la manga larga les protegerá, aunque las temperaturas sean más suaves al mediodía.

Buena alimentación, agua y vitaminas

Para que las defensas estén a punto, lo más importante es la alimentación. En los meses más fríos, es imprescindible aumentar el complemento de vitaminas. Con el desayuno, asegúrate de que tomen zumos, en especial cítricos. Para comer, incluye siempre una ración de verduras junto a la proteína. Si a los niños les cuesta comerlas, puedes triturarlas y servírselas en purés. También, apuesta por alimentos como las lentejas, el pescado fresco y las carnes rojas. Todos estos alimentos contienen grandes cantidades de vitaminas necesarias para que el sistema inmunológico se mantenga fuerte.

También es importante mantenerse siempre hidratado. La deshidratación hace que nos notemos más cansados, y las defensas se ponen en peligro. Acostumbra a tu hijo a beber agua varias veces al día, sin esperar a tener mucha sed. Coloca en su mochila una botella de agua todos los días para animarle a beber más a menudo.

Lavarse las manos con frecuencia

Los médicos afirman que buena parte de los contagios de resfriados vienen del contacto con objetos que tocan muchas personas: el transporte público, las puertas, los teléfonos… Los niños también están expuestos a este contagio, y por eso es tan importante enseñarles la importancia de lavarse las manos con frecuencia.

Cuéntales lo importante que es lavarse las manos con agua y jabón antes de cada comida. También, cuando llegan de la calle o han estado jugando fuera. Así, ayudarás a evitar que se contagien ellos, o puedan contagiar a otros niños.